Tras años de frustraciones, los New York Knicks finalmente son vistos como contendientes serios en la NBA. En la temporada pasada llegaron hasta las Finales de la Conferencia Este, donde cayeron 4-2 ante los Indiana Pacers, pero con Jalen Brunson y Karl-Anthony Towns al frente, el proyecto parece encaminado a dar el siguiente paso.
Después de la era Kristaps Porzingis y con Julius Randle llevando al equipo a los Playoffs, el verano pasado incorporaron a Towns. Las dudas sobre su compatibilidad con Brunson y en el sistema defensivo de Tom Thibodeau se disiparon pronto. KAT alcanzó un promedio de 12.8 rebotes, su mejor marca en la NBA y su primera vez en cuatro años promediando dobles dígitos en esa categoría.
Además, promedió 24.4 puntos en 72 partidos y firmó un 42% en triples, un acierto absurdo para un jugador de su tamaño, que abrió la cancha y le dio a Brunson más espacios para atacar.
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El partido que dejó a KAT impresionado con Brunson
En el programa 7pm in Brooklyn with Carmelo Anthony, Towns relató el juego que más lo inspiró y lo dejó maravillado con su compañero. "Llegas al final y sientes que va a meter el tiro. Es como jugar con Melo en el 2K12, no falla. JB es especial, en esos momentos siempre encuentra la manera de anotar. Recuerdo en Washington, cuando metió 50 y algo... fue una locura," dijo.
Ese encuentro fue el 28 de diciembre en la capital estadounidense contra los Washington Wizards. Brunson terminó con 55 puntos en una victoria 136-132 de los Knicks tras la prórroga, la mejor marca de su carrera, mientras que Towns acompañó con 30 puntos y 14 rebotes. Aunque el rival era un equipo de lotería, ese partido se convirtió en clave para cimentar la química de la nueva dupla.
Brunson after dropping 55:
— TownsMuse (@TownsMuse) December 29, 2024
"I don't like my teammates one bit. They really annoy the hell out of me."
😂 pic.twitter.com/yRUcbDzMah
Brunson, de Dallas a convertirse en estrella en Nueva York
Después de salir de los Dallas Mavericks, Brunson explotó como uno de los mejores bases de la liga, a la altura de Stephen Curry y Luka Doncic. En Dallas nunca tuvo espacio para mostrar su techo, pero en Nueva York se transformó. En tres años con los Knicks, en 42 partidos de Playoffs, promedia 29.9 puntos por encuentro, una producción de élite que lo consolidó como la cara de la franquicia.
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