Si la historia reciente nos dice algo, es que el mariscal de campo de los Pittsburgh Steelers, Aaron Rodgers, probablemente tenga un comienzo lento esta temporada.
El veterano no jugó ni un solo snap en la pretemporada de este año y no lo hace desde 2023, cuando tuvo 10 snaps. Y esos 10, son las únicas jugadas de pretemporada que ha disputado desde 2021.
En los últimos cuatro años, Rodgers ha tenido un inicio de campaña bastante pobre. Aquí un repaso a sus estadísticas de la Semana 1 en ese lapso (vía Football Perspective en X):
- 2021: 15-28 (53.6%), 133 YDS, 0 TD, 2 INT
- 2022: 22-34 (64.7%), 195 YDS, 0 TD, 1 INT
- 2023: 0-1 (0%), 0 YDS, 0 TD, 0 INT (desgarro del tendón de Áquiles)
- 2024: 13-21 (61.9%), 167 YDS, 1 TD, 1 INT
Vaya.
Rodgers no solo tiene que revertir esa tendencia, sino que además debe hacerlo jugando en una ofensiva completamente nueva, con receptores con los que no ha tenido ni un solo snap en partidos reales. Eso solo pone más obstáculos en su camino.
Si tiene problemas desde el inicio, no faltará la crítica hacia el entrenador en jefe Mike Tomlin, quien tomó la decisión de no hacer jugar a su mariscal en la pretemporada.
Rodgers dejó claro que estaba dispuesto a disputar algunos snaps en los partidos de exhibición, pero dejó la decisión en manos de Tomlin. El entrenador de los Steelers finalmente decidió que había visto suficiente del futuro miembro del Salón de la Fama durante el campamento para mantenerlo fuera.
"Estoy cómodo con lo que estoy viendo aquí," dijo Tomlin. "Obviamente, si no lo estuviera, lo estaría haciendo jugar."
Aunque no podemos decir con certeza cómo le irá a Rodgers en la Semana 1, sí podemos afirmar que el viejo debate de "descanso vs. óxido" se reavivará si tiene un comienzo difícil.
*Artículo original de Mike Moraitis y traducido por Ernesto Guevara