Aaron Rodgers firmó su contrato con los Steelers el 7 de junio. Pittsburgh llevaba semanas preparando su llegada. Después de meses de cortejo, un “matrimonio” que acaparó titulares durante toda la offseason finalmente se concretó al comenzar el verano.
Ahora están surgiendo reportes sobre el proceso que atravesaron los Steelers para adquirir al mariscal de campo de 41 años. Jeremy Fowler, de ESPN, reveló en un artículo reciente que cuando los Steelers traspasaron al receptor George Pickens a los Cowboys, lo hicieron para complacer a Rodgers.
“Sus problemas de madurez eran bien conocidos dentro del vestuario y la directiva de Pittsburgh”, escribió Fowler. “Así que los Steelers evaluaron que Pickens y Rodgers probablemente no se llevarían bien”, completó.
No es una decisión sorprendente si se tienen en cuenta las exigencias de Rodgers y la tendencia de Pickens a protagonizar momentos de frustración.
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Lo que sí resulta llamativo es que los Steelers estuvieran dispuestos a desprenderse de un receptor de 1.000 yardas solo para tener la posibilidad de firmar al ex MVP.
No había garantías de que Rodgers firmara si Pickens se iba, pero Pittsburgh asumió el riesgo y le salió bien: el ex Packers firmó un contrato por un año y 13,6 millones de dólares con los Steelers.
Ahora, Rodgers deberá demostrar que puede rendir con un grupo de receptores que incluye a DK Metcalf, Calvin Austin y Robert Woods.
Pickens, por su parte, intentará demostrarle a Pittsburgh que cometieron un error al enviarlo a cambio de un veterano en declive.
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