La generación de escoltas que sucedió a Kobe Bryant y Dwyane Wade marcó una era con figuras como James Harden, DeMar DeRozan, Klay Thompson, Donovan Mitchell, Devin Booker y Bradley Beal. De todos ellos, solo Thompson presume de cuatro campeonatos. El resto, ya con más de 30 años o cerca del final de sus carreras, sigue persiguiendo su primer Trofeo Larry O’Brien.
Beal, tras una decepcionante etapa con los Phoenix Suns, donde junto a Kevin Durant y Devin Booker ni siquiera alcanzó el Play-In, decidió este verano cambiar de rumbo. Firmó con Los Angeles Clippers para unirse a Kawhi Leonard y Harden y apostar todo por un campeonato. En una entrevista con Tamar Sher, de KMOV, fue contundente sobre sus motivaciones:
"Necesito un anillo. Lo quiero con locura. Siento que tengo una nueva vida, una nueva hambre. Estoy emocionado por la oportunidad."
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Un tercer anotador letal, pero con dudas físicas
Beal llega a los Clippers con la mira puesta en su primer título, dispuesto a encajar en el sistema sin protagonismo excesivo. Sus números en Phoenix reflejan eficiencia: en dos temporadas y 106 partidos promedió 17.6 puntos, con un 50.5% en tiros de campo y 40.7% desde el triple, cifras sobresalientes para una tercera opción ofensiva.
Sin embargo, su mayor reto será la durabilidad: no disputa más de 60 partidos en una temporada desde 2018-2019.
La apuesta de los Clippers es arriesgada pero ambiciosa. Con Leonard y Harden en la recta final de sus carreras, un Ivica Zubac consolidado, el talentoso Bogdan Bogdanovic desde el banquillo y la experiencia de Chris Paul, el equipo tiene plantilla para competir en lo más alto del Oeste. El dato es llamativo: con una media de 33.2 años, son el plantel más veterano en la historia de la NBA.
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— LA Clippers (@LAClippers) August 5, 2025
El peso de la experiencia en playoffs
La veteranía de los Clippers podría convertirse en ventaja cuando lleguen los playoffs. Con Leonard propenso a perder partidos y Harden lejos de su versión más dominante, Beal podría ser el encargado de asumir la ofensiva en tramos críticos, un rol similar al que Norman Powell cumplió la temporada pasada.
Su capacidad para adaptarse, elegir sus momentos y mantener la eficiencia será clave. Si el equipo consigue llegar sano a los playoffs, su rotación profunda y experiencia pueden marcar la diferencia en la búsqueda del primer campeonato en la historia de la franquicia.
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