La defensa de los Dallas Cowboys finalmente ofreció una actuación contundente en su dominante victoria por 44-22 sobre los Washington Commanders en la Semana 7.
Después de llegar al partido con la peor marca de la NFL en yardas totales permitidas, una unidad muy criticada logró su mejor rendimiento colectivo de la temporada, impulsada por un cambio claro en la estrategia defensiva.
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El éxito de la semana se basó en una fórmula sencilla: más agresividad, más cobertura hombre a hombre y pérdidas de balón que cambiaron el rumbo del juego.
La mejora significativa alivió la presión inmediata sobre el coordinador defensivo Matt Eberflus y demostró que esta talentosa unidad puede, por momentos, igualar la producción de la ofensiva de los Cowboys, una de las mejores de la liga.
Los cambios: más blitzes y menos cobertura en zona
Por primera vez en la temporada, los Cowboys se apartaron de su esquema conservador, centrado en la cobertura en zona, y optaron por un enfoque más agresivo y de ataque.
Más blitzes
El cambio más visible fue el aumento en el uso del blitz, que produjo cuatro capturas e incluso derivó en un momento clave: un blitz del apoyador Shemar James en el tercer cuarto provocó un sack con fumble que lesionó al quarterback de los Commanders, Jayden Daniels.
Cobertura hombre a hombre
La secundaria, que había tenido dificultades en coberturas de zona, implementó más jugadas de cobertura hombre a hombre.
Este ajuste permitió que los esquineros estuvieran mejor posicionados y ayudó a limitar a los Commanders a a penas 16 pases completos, su cifra más baja de la temporada.
El aumento en la agresividad dio resultados inmediatos, generando el impulso que la defensa no había mostrado en todo el año.
La unidad consiguió dos pérdidas de balón cruciales, incluyendo una espectacular intercepción devuelta para touchdown del esquinero DaRon Bland, quien ahora suma seis intercepciones en su carrera.
Las mejoras graduales de los Dallas Cowboys
El rendimiento defensivo de los Cowboys no fue perfecto —permitieron 136 yardas por tierra—, pero representó un enorme paso adelante para una defensa que estaba en camino a batir un récord negativo histórico en yardas concedidas.
La victoria confirmó la teoría de que los Cowboys no necesitan una defensa histórica ni estar entre las cinco mejores para ganar.
Solo necesitan una unidad capaz de complementar a la ofensiva: que pueda generar pérdidas de balón en momentos clave y frenar al rival cuando más importa.
Con Dak Prescott y la ofensiva jugando a un nivel de élite, el mensaje dentro de la organización es claro: la defensa solo necesita ser “bastante buena por momentos” para que el equipo sea un verdadero contendiente.
*Artículo original de Toby Coxon, traducido por Facundo Echarren
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