Kendrick Perkins ha cosechado un gran éxito en los medios desde que se retiró de la NBA tras la temporada 2017-18. Si bien el otrora centro de los Boston Celtics se ha convertido en un pilar de ESPN, ha recibido numerosas críticas de la afición por sus cuestionables comentarios.
El campeón de la NBA de 2008 podría haber hecho la peor toma de su carrera como comentarista, y posiblemente la peor de todos los tiempos. Durante un episodio reciente del podcast "Road Trippin'", Perkins afirmó que las redes sociales crean un nivel de adversidad similar al que enfrentó la leyenda de los Celtics, Bill Russell, a lo largo de su carrera.
"Cada uno ha tenido su propia forma de adversidad", declaró Kendrick Perkins el lunes. "En aquel entonces, había racismo y amenazas de muerte, ¿verdad? Pero tener que lidiar con la adversidad de las (groserías) redes sociales como jugador es algo que eleva mucho la fortaleza mental. Había vidas en juego, pero la salud mental es algo real y vemos a muchos chicos desconectarse de las redes sociales".
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"A cada uno le afecta de forma diferente", continuó Perkins. "Hoy en día, muchos de estos chicos lidian con su propia adversidad. La gente puede decir: 'Ay, son unos débiles' o: 'No uses las redes sociales'. ¿Sabes lo difícil que es mantenerse alejado de las redes sociales? Vas a echar un vistazo a las redes sociales al menos una vez al día".
El copresentador de Perkins, Richard Jefferson, se mostró visiblemente sorprendido por su afirmación. Señaló que Russell jugó en una época en la que aún existían los pueblos del atardecer y que al miembro del Salón de la Fama del Basquetbol Naismith Memorial no se le permitía alojarse en hoteles, comer en restaurantes ni viajar con sus compañeros.
A pesar de la afirmación de Perkins de que es difícil mantenerse alejado de las redes sociales, muchos jugadores lo han hecho o han contratado a alguien para que gestione su cuenta. Mientras tanto, Russell tuvo que lidiar con vecinos que intentaron convencer a un vendedor de que no le vendiera una casa, llegando incluso a intentar comprarla ellos mismos para mantenerlo fuera del vecindario. Cuando eso no funcionó, respondieron robando en su casa y vandalizándola con insultos racistas en las paredes. Dañaron sus trofeos y los culpables incluso defecaron en su cama. Si bien los jugadores modernos ciertamente tienen que lidiar con sus propias adversidades, resulta casi ridículo comparar las críticas en redes sociales con lo que experimentó Russell.