La Finalissima está prevista para marzo de 2026, y recientemente se habría sumado una nueva sede a la lista de posibles anfitriones que incluye Londres, Arabia Saudita y Qatar. La Argentina de Lionel Messi, flamante campeona de la Copa América, enfrentará a la España de Lamine Yamal, reciente ganadora de la Eurocopa, en un estadio aún por confirmar.
Según diversos reportes, el partido se disputaría entre el 17 y el 25 de marzo. Para Argentina, significaría su tercera participación en este formato de competencia, tras haberse consagrado en 1993 frente a Dinamarca y en 2022 frente a Italia.
Históricamente, este cruce entre campeones continentales solo se ha celebrado en contadas ocasiones. La primera fue en 1985, cuando Francia venció a Uruguay en París. Irónicamente, es Uruguay el país que podría convertirse en el inesperado epicentro de esta nueva edición de la Finalissima.
De acuerdo al periodista uruguayo Gonzalo Ronchi (Telemundo), la ciudad de Montevideo —y más específicamente el mítico Estadio Centenario— sería la sede elegida para el duelo. La estrecha relación entre la Asociación Uruguaya de Fútbol y los dirigentes de la Conmebol podría inclinar la balanza a favor del país bicampeón del mundo de la FIFA y doble campeón olímpico.
El Centenario, monumento histórico del fútbol mundial, está en la antesala de una importante remodelación con miras a su papel simbólico en la Copa del Mundo 2030. Un Argentina vs. España serviría como despedida de lujo para el estadio antes de su transformación.
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Además, sería posiblemente la última oportunidad para el público uruguayo de ver a Lionel Messi jugar en ese césped, luego de que se ausentara en el reciente duelo de Eliminatorias que terminó con victoria albiceleste por 1-0 ante el equipo de Marcelo Bielsa.
Para Lionel Scaloni, este encuentro podría representar una chance única de conquistar su quinto título al frente de la selección argentina, tras haber ganado una Copa del Mundo, dos Copas América y una Finalissima. A estas alturas, no hay dudas: el técnico santafesino ya se ha ganado su lugar como el mejor entrenador en la historia de la Albiceleste.