Argentina se despide de la Americup 2025 con sensaciones altamente positivas, no solo por el resultado final -una medalla de plata poco esperada en la previa tras la caída por 55-47 ante Brasil en la definición-, sino por haber cumplido con creces con el objetivo que fue a buscar a Nicaragua: el necesario paso adelante que necesitaba de sus jugadores jóvenes.
Pablo Prigioni tomó una decisión de riesgo al no convocar a figuras como Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola, apostando por un plantel en el que, más allá de la presencia de los más experimentados Nicolás Brussino, José Vildoza y Juan Pablo Vaulet, habría obligatoriamente minutos, tiros y protagonismo de jóvenes que no estaban acostumbrados a tenerlo dentro de la Selección.
La respuesta de varios de esos jugadores no pudo ser mejor. Y, de repente, el panorama del básquet argentino cambió por completo respecto a los últimos años, marcados por frustraciones, eliminaciones inesperadas y rendimientos muy pobres.
La Americup no solo transformó el panorama general de la Selección, sino que también impactó directamente en varios de sus integrantes. Incluyendo a tres jóvenes que, gracias a su rendimiento, empiezan a lucir como pilares para una nueva era del básquet argentino.
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Tres jóvenes se transforman en pilares de la Selección Argentina de básquet
Juan Fernández
Si bien Fernández fue el primero de los integrantes de este recambio generacional en ganarse un lugar como parte estable de la Selección, la Americup representó su salto definitivo hacia un lugar preponderante dentro del equipo. Ya no solo como un posible titular o pieza de rotación, sino como uno de sus jugadores más importantes.
Alternando entre la posición del cuatro y el cinco, Fernández fue el jugador argentino más determinante y regular de la competencia. No solo por lo hecho en ataque, sino también por una tarea defensiva que hace tiempo no se veía en la zona pintada de la Selección. Incluyendo sus ocho tapones ante Puerto Rico, seguidos por otros tres en la semi ante Canadá.
En ataque, Fernández mostró su versatilidad para anotar de corta y larga distancia, dejó destellos interesantes como pasador y fue uno de los nombres clave para potenciar el mejor aspecto de la ofensiva de los de Prigioni durante el torneo: los puntos en transición.
Gonzalo Corbalán
Corbalán deberá seguir mejorando su tiro de tres puntos para consolidarse como un escolta más completo, pero en la Americup le dio a la Selección algo que no le sobra: desequilibrio y explosión para atacar en el uno contra uno.
En un equipo sin grandes presencias de poste bajo y con perimetrales mucho más tiradores que penetradores, Corbalán aportó una cuota enorme de puntos en la pintura, sacándole el máximo provecho a su interesante combinación de capacidad atlética y manejo de balón.
Hoy por hoy, la posición de escolta no tiene un dueño definido en la Selección. Si bien con el regreso de Gabriel Deck lo lógico sería pensar en Nicolás Brussino para ese rol -en la Americup se desempeñó como alero-, el gran rendimiento del chaqueño lo suma a esa disputa. Especialmente de cara a unas Eliminatorias mundialistas en las que los jugadores de Euroliga -incluyendo al mencionado Deck- serán baja con frecuencia.
Francisco Cáffaro
Cáffaro mostró un progreso interesante en relación a participaciones previas. El nuevo pivote de Boca Juniors tuvo una muy buena actuación ante República Dominicana (16 puntos), se mostró eficiente como definidor (cerca del 70% de campo) y colaboró para que los quintetos grandes con Fernández como cuatro tengan un balance netamente positivo durante todo el torneo.
A menos que Cáffaro tenga un progreso mucho más marcado en su juego, lo más probable es que, en el corto y mediano plazo, Argentina juegue mucho más minutos con formaciones perimetrales, en las que Juan Fernández sea su único interior. Sin embargo, eso no quita que Prigioni necesite de buenos minutos del pivote de 25 años, para no desgastar a Fernández en una posición en la que indudablemente cede altura y kilos.
En ese rol limitado, de 15 a 20 minutos por partido -a pesar de abrir como titular-, Cáffaro se mostró como una opción sólida. Tiene mucho por mejorar, especialmente en la disciplina defensiva, pero ofrece una capacidad física que no mostraron otros pivotes argentinos en los últimos años.